El candil y la lata

Ya estoy en casa. Ya estoy en casa. Como era de esperar, nadie, salvo el eco sordo en su cabeza, contestó al susurro de Ismael. Tras cerrar sigilosamente la puerta de entrada, se aseguró de atrancarla bien por dentro. Acostumbrado a moverse con agilidad en la penumbra, localizó y encendió...

Infancia a la huancaína

“¡Viernes, por fin!”, pienso emocionada mientras cruzo presurosa la pista para subir al coche de mi padre. Como cada viernes, un sentimiento de inenarrable felicidad me invade al comprobar que el fin de semana comienza y que mañana no tendré que venir al colegio. Dos días por delante en los...