El interceptor

¡Tengo una misión! Es una necesidad vital. Una tarea definitiva que me he autoimpuesto. Es relativamente sencilla y a la vez puede resultar tan compleja que puede llegar a costarme la vida.   Desde niños, lo primero que nos enseñan es que la Historia no se toca. Nunca. De hecho, las leyes son bastante estrictas...