El primer Apocalipsis de Nico

Pre pandemia:

Nico tiene 9 años y desde pequeño fue muy activo, no paraba ni un segundo. Siempre corriendo. Sentarse a almorzar era para marearse, se levantaba de la mesa a cada momento, daba unas cuantas vueltas y se sentaba a seguir comiendo. Llamaban de la escuela, “Señora, Nico termina de hacer una actividad, se levanta y sale del aula a jugar sin decir nada a nadie, sin pedir permiso. No sigue las normas”. “Dios mío, ¿está haciendo mal sus tareas? ¿No está aprendiendo?”. “De hecho absorbe muy bien la clase impartida, parece que no me está prestando atención, pero cuando le pregunto algo sabe la respuesta. Cuando termina una actividad, se aburre esperando que los demás terminen, creo que por eso simplemente coge el camino y se va”.

Nico creció haciendo varias actividades extras, bajo recomendación de expertos, pues era incansable. A parte de la escuela, tenía clases de música dos días a la semana, clases de baloncesto dos días a la semana; y desde que era bebé aprendió dos idiomas.

Para mantenerse divertidos durante los largos viajes en auto, él y su madre decidieron aprender juntos un nuevo idioma. A Nico le divertía mucho pronunciar muy bien las canciones de pop en chino y de memoria, mientras su madre no daba pie con bola. Solían leer los números de placa de los autos en chino y era muy divertido. Con su papi, las actividades físicas eran lo máximo. Salían a caminar con su perro “Légolas” e iban a la piscina.

Hace un año descubrió la magia de Fortnite y creó una comunidad en línea con sus compañeros de la escuela, jugaba sólo sábados y domingos en la tarde. Su energía siempre fue interminable, sociable a morir y su alegría era infinita; sus 10 horas de sueño por las noches contribuían mucho en eso. Para su madre la clave era el balance.

Durante la pandemia:

Nico se siente atrapado y no quiere hacer nada. Todo le molesta. Empezó a dedicarle muchas horas a los juegos de video; jugaba en línea con sus compañeros de clase y les sentía cerca, pero su estado de ánimo empezó a cambiar. Sus padres tuvieron que restringir su tiempo de juego. Cualquier cosa que le pedían que haga contestaba con gritos. Un día llorando y gritando le dijo a su mamá que lo único que quiere es volver a la escuela y jugar con sus amigos. ¡Qué impotencia! De nuevo a consultar a expertos y cambiar todo el esquema.

Su madre recibió comentarios de amistades tales como “Ay, es que al pobre siempre le tuviste saturado de actividades, por eso está así”; “Lo que está pasando debería hacerte pensar que a Nico le obligabas a hacer muchas cosas, y eso debía parar, es un llamado para ti”.

Su madre se descolocó. ¿Era mi culpa lo que estaba pasando? ¿Esclavicé a mi hijo por cultivar su gusto por la música? ¿Esclavicé a mi hijo por ponerle en clases de su deporte favorito? ¿Fue crueldad infantil enseñarle dos idiomas? ¿Soy una bestia porque empezamos a aprender chino juntos? Lloró, lloró mucho. Se sintió culpable por el sufrimiento de su hijo, por un momento creyó lo que los demás veían desde afuera. Cuando su hijo se durmió habló con su esposo y llorando le expuso sus fallas y la conclusión que sus amistades tenían sobre la actitud actual de Nico. Como siempre, sólo necesitó una frase suya para volver a la realidad, para encontrar su norte de nuevo.

Esperó dos días y mientras jugaban se sentó frente a Nico y le dijo “mi amor, me gustaría que hagamos un break con música y chino, ¿qué te parece si descansamos un tiempo?” “¿¡Mami qué te pasa!? ¿¡Por qué me dices eso!? ¡Ya estás como mis amigos que piensan que tú me obligas a aprender!” “¡No quiero dejar mis actividades, lo único que quiero es volver a mi vida normal, quiero mi vida de vuelta!”

Nico acaba de cumplir 10 años y lleva casi 2 meses encerrado, se le nota más tranquilo, más sereno. Ya se está acostumbrando a su nueva vida. Incluso decidió por cuenta propia dar tutorías a un compañero de música que tuvo de dejar sus clases virtuales; Nico no quiso que su compañero se quede sin la oportunidad de aprender. Su madre se siente muy orgullosa de él.

El otro día Nico le dijo: “Mami, quiero aprender italiano, hoy empiezo las lecciones” y lo primero que ella pensó fue “mierda, ahora si me van a caer todos”.

Una de tantas historias incompletas de una Pandemia. Historia 12/12

Autora: María José Montalvo

Para leer esta historia en inglés, por favor haz click en el siguiente Link: http://www.cupcakesharmony.com/nicos-first-apocalypse/#more-1155

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14 Comments

  1. Jana

    Me parece increíble la magia con la que le enseñas a tu hijo. Le has dado el ambiente propicio y perfecto para desarrollar sus dones y siempre has estado para sostener esa genialidad intrínseca de su alma. Sigue adelante mamá preciosa!! Nico lleva la pandemia como un valiente. De por sí para un adulto es fuerte pero ves en sus actitudes la fortaleza que has sembrado en el. Un abrazo fuerte

    1. admin

      Simplemente nos encantó tu mensaje. María José es una maravillosa mamá que va logrando cosas increíbles con Nico. Pero sin olvidarnos del gran apoyo de su ESPOSO Y FIEL ESCUDERO de cuatro patas: ¡LÉGOLAS!

  2. Alejandra Mantilla

    Excelente reflexión a la que haces referencia, tienes un niño maravilloso y con un nivel de aprendizaje impresionante, imagino lo agotador pero a la vez satisfactorio que debe ser para ti, indudablemente has hecho un excelente trabajo con él.
    Abrazos

    1. admin

      Totalmente de acuerdo con Alejandra. María José es una mamá maravillosa y también una escritora brillante. Gracias por mandar este mensaje tan bonito.

      saludos,
      Incompany

  3. Monica

    Te aplaudo y admiro. Tus decisiones, tu familia!…sigue siendo tu…sigue brillando.

    1. admin

      TODOS DE PIE PARA APLAUDIR!!!

      Un saludo de todo el equipo de Incompany.

  4. Cloty Cattani

    La verdad a sido una época muy difícil para todos pero con paciencia y voluntad todo se puede y a cada momento pedir la bendición de Dios que es lo más importante en nuestras vidas ,sigamos adelante 🥰

    1. admin

      Sigamos Adelante Cloty!!! gracias por leernos y escribirnos.

      Equipo Incompany

  5. Tanya Armijos

    Muy bien Majito. Gracias por compartir la historia. Es un relato bien concebido. Felicidades.

    1. admin

      Gracias Tanya por tus comentarios. María José está muy contenta con el resultado y todo el equipo de Incompany está muy orgulloso de ella.

      Saludos!

  6. Karina

    Me encanta este relato desde el corazón!! Nico es un niño especial y único como todos. Nico es un niño admirable por su capacidad de Ser y hacerse escuchar…y mamá!! Mamá siempre será la mejor, si así lo dice el corazón.❤️ Una historia más, de confirmación de que somos seres únicos e irrepetibles, madres e hijos únicos e irrepetibles con un objetivo.. seguir un propio camino!!

    1. admin

      Gracias Karina. Como dices en tu mensaje, todos debemos seguir nuestro propio camino, pero ojalá existan más caminos como el de Nico.

      saludos,

      Equipo Incompany

  7. Rosita Rodas

    Hermoso Majito. Me identifico tanto con todo. Yo también tengo un único hijo y también es sorprendente su capacidad de aprendizaje, también aprende de todo: tenis, natación, robótica, toca el piano sorprendentemente, en 1 año de piano, ya está tocando partituras de pasillos que a la gente normal como a mi, me tomó como 5 años de conservatorio, también le da lecciones a su papá en videos juegos y a todo esto también recibí el mismo comentario…ya quiero regresar a la escuela!!…Mi análisis a todo esto es que no te preocupes por el que dirán, como dice la maestra de piano de mi hijo, hay capacidades que sobresalen, y si ellos pueden y son capaces bienvenidas sean esas capacidades, algún rato les va a servir en su vida…Sin embargo, para ellos el ambiente de la escuela es mas relajado que las ruidosas madres, porque un profe tiene que controlar a 20 o 30 alumnos, entonces dejan pasar por alto los detalles, pero en este tiempo que pude convertirme en profe de mi único mijo, aunque a él no le guste, nos ha permitido ir puliendo esos detalles que profesores dejaron pasar por alto, detalles pequeños pero muy importantes.

    1. admin

      Gracias Rosita. Disfruta de tu hijo sin preocuparte por lo que digan los demás; al final de cuentas quién los ama y cuida todos los días son sus padres.

      Un saludo de todo el equipo de Incompany.

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